viernes, 13 de agosto de 2010

adicción

"Una noche el Señor
le dijo a Pablo en una visión:
No tengas miedo;
sigue hablando y no te calles."
Hechos 18:9 (NVI)

El sufijo A significa sin. Implica carencia o falta. Dicción significa hablar, expresar o comunicar. Por ende, adicción significa sin dicción, sin hablar, sin comunicar. Es notable la profundidad de la palabra que hoy está en todos los noticieros y diarios. Se habla de la adicción a las drogas como un flagelo que no tiene solución. No se puede detener el avance del consumo y cada vez son más jóvenes quienes se inician en este camino de difícil retorno.

Escuché a muchos especialistas hablar del tema. Pero ninguno dijo esta gran verdad que escuché en un taller: La sustancia que te tiene cautivo y que te genera dependencia no es el problema, es solo el síntoma del problema.

La droga no es el problema del adicto. Es solo una manera que tiene para tratar de evadir la realidad que lo angustia. Lo lamentable y que genera aún más consumo es que cuando se va el efecto de la droga, el problema sigue estando, y eso lo hace aún más terrible. Hay una condición que se repite en la mayoría de estos casos. Aquellos que son seducidos por alguna droga, tienen por lo general uno o más problemas graves y no hablan de ello. Guardan silencio, por eso son adictos. No pueden resolver el problema que no hablan y en consecuencia, apelan a algún paliativo disponible para encontrar algo de respiro.

El problema de las drogas o del exceso de alcohol o del cigarrillo o la pornografía o la adicción que sea, no es el mayor problema. Es solo la consecuencia. El verdadero problema es el que se oculta y no se habla.

Dios sabía esto, por eso le recomienda a Pablo que no se calle, aunque tenga miedo. Y le pide que siga hablando. El miedo, la angustia o la soledad te silencian, y te vuelven un adicto. No hablás y eso te termina matando.

¿Cuál es tu adicción hoy? ¿Qué cosa no podés dejar? Dios te recomienda que empieces a hablar. Que busques alguien de confianza para poder contarle que es lo que te está pasando. Alguien que pueda escuchar tu dificultad. Tal vez no pueda darte ninguna solución, pero siempre hablar alivia.



REFLEXIÓN — No te vuelvas un adicto: hablá.




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