lunes, 22 de agosto de 2011

Lágrimas


"Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir." Apocalipsis 21:4 (NVI)

Vivimos días de lágrimas. Cada uno tiene su karma y su cruz para llevar. No hay vida sin problemas. Cada uno tiene el propio y tiene que llevarlo. Ponele el nombre que quieras a tu problema, pero la consecuencia siempre es la misma. Sufrimos y lloramos por lo que nos duele.

Cualquiera sea el dolor, siempre lloramos. El hijo enfermo, la soledad, la muerte, el fracaso laboral, la crítica, la novia que te dejó, el abuso, la heladera vacía, el desprecio, la vergüenza, el complejo de inferioridad, las frustraciones, el MP4 que no tenés, el maltrato psicológico, el aplazo en la materia que tenés que recursar, el estrés, las agresiones, los miedos son marcas que quedan en el alma lastimada.

Esta vida se caracteriza por dañar el corazón de las personas y dejar cicatrices. A veces es consecuencia de nuestra irresponsabilidad, desenfreno o por decidir en forma apurada o loca.

Pero a veces son daños que no buscamos ni queríamos. Chocar el auto si manejo borracho es culpa mía. Pero la enfermedad de un familiar no. En la primera, las consecuencias de ese supuesto serían por mi culpa y no tendría excusas para quejarme.

Pero en el segundo caso, no hubo negligencia ni desidia. Pero duele mucho. Juan sabía de esto. Él conocía el dolor de las injusticias, de los problemas y de las cicatrices del fracaso. Y nos deja esta esperanza maravillosa. Dios sabe de tus lágrimas, de tus dolores y de tu sufrimiento. Dios no está lejos cuando estás sufriendo, aunque vos pienses lo contrario.

Pero tal vez, en esta vida, te toque padecer y estés triste. Tal vez hoy estás enojado por ese problema sin solución, o estés decepcionado por la falta de respuesta, o estés angustiosamente triste por lo que no tiene solución y te pone mal. Dios hoy vuelve a decirte, que Él va a enjugar todas tus lágrimas, va a sanar todas tus heridas, va a curar todas tus cicatrices del alma.

No es una utopía religiosa, ni el opio de los pueblos, como decía Marx. Es la promesa permanente de Dios. Para tu tristeza de hoy, Dios garantiza consuelo. No dudes del amor de Dios. Él siempre cumple. Lo va a hacer con vos.

REFLEXION:- Todo pasa, Dios lo asegura.

Redención volver a adquirir algo que se había enajenado y en la antigüedad, conseguir mediante pago la libertad del esclavo o el cautivo.

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